sábado, 19 de mayo de 2012

Política, Estado y democracia

Lo primero que habríamos de preguntarnos en cuanto a política es dónde estamos, dónde vivimos, dónde habitamos como conjunto social. Y lo primero que se nos viene a la mente, a veces incluso antes que nuestra ciudad y aún más en los últimos tiempos, es nuestro país. Así, como un flash, no viene la palabra España a la mente y a los labios.
Algunos se muerden los labios, ponen gesto de desagrado, de escepticismo y desdén absolutos; otros alzan la barbilla, hinchan el pecho, echan los hombros hacia atrás y lo dicen bien claro y, a otros simplemente les da igual. Hay distintos grados para abordar la nacionalidad, pero el caso, el último hecho, es que somos lo que somos.

Así que la respuesta algo más elaborada sería que estamos en España, Europa, somos occidentales y vivimos en la Tierra. Esto tiene su ventaja y, por supuesto, sus desventajas, pero no hablaré hoy de ellas específicamente o, por lo menos, no entraré en ellas muy específicamente en esta primera entrada de El Linchamiento. No, porque como primera entrada ha de tener sentido introductorio y así será: os presentaré a algunos de los protagonistas que aparecerán en el blog y os pondré algún contenido que bien podría ser de vuestro interés.
La primera en ser presentada, como no podría ser de otro modo, es la política. ¿Y qué es la política? Es uno de los conceptos más abstractos, con más dimensiones y que da cabida a cualquier tema del día a día que se nos venga a la cabeza. En el sentido técnico, podríamos definir política como el proceso por el que las comunidades persiguen objetivos colectivos y abordan sus conflictos en el marco de una estructura de reglas, procedimientos e instituciones, con el objetivo de alcanzar soluciones y adoptar decisiones aplicables por la autoridad estatal al conjunto de la sociedad.

Por lo tanto, al afirmar esto tenemos que darnos cuenta que implica una secuencia continuada de interacciones entre distintos actores (ciudadanos, organizaciones, gobiernos…), y que, al colectivizar el trato de los diferentes problemas, hay que organizar a las personas en comunidades. Y el elemento clave de estas comunidades, es el Estado, que además es la clave de todo el desarrollo político de cada sociedad.
Es el Estado el que adopta decisiones sobre los objetivos de la comunidad y acuden los ciudadanos a la hora de buscar decisiones vinculantes para tratar sus conflictos, y es la forma en que se plantean estas cuestiones lo que llamamos regímenes. Dos son los grandes regímenes políticos: la democracia y la dictadura.
La diferencia entre ellos es que, mientras la democracia reconoce a los ciudadanos el poder de decidir quién les gobierna y de participar en la vida pública, la dictadura sitúa al Estado por encima de los ciudadanos y reprime cualquier tipo de resistencia de la sociedad.

A lo largo de toda nuestra historia, ha habido dictaduras vestidas de todos los colores y tipos. Monarcas y nobles, militares, religiosas… Podríamos hablar de Hitler, de Franco, de la Unión Soviética, incluso podríamos poner las monarquías de Oriente Próximo o el caso tan curioso que es China. Hay casos como estos que son muy fáciles de clasificar, no nos cabe duda al conocer, aunque sea de lejos, la violación de derechos que se vive o se han vivido en esos lugares, pero hoy día es más complicado poner a un país en un lado u otro de la balanza.
Como curiosidad y para abrir este blog he traído un enlace a una página muy interesante, lo mismo algunos ya la conocéis, se llama Freedom in the world. En ella, algunos expertos elaboran anualmente un artículo y lista de los 200 países del mundo y proporcionan algunos criterios útiles para distinguir entre los gobiernos predominantemente democráticos, los dictatoriales y los que se encuentran entre medio.
Su método es puntuar hasta 7, siendo el 1 la puntuación óptima de la apropiada actuación sobre los procedimientos democráticos y 7 la más inapropiada actuación. Así, del 1 al 2’5 podemos hablar de países libres, del 3 al 5 de parcialmente libres, y aquellos que superan los 5 son, claramente, no libres.
Aún y todo, los baremos de FOW pueden resultar muy generales para aquellos que quieran una aclaración más específica país por país, pues valora sobre todo la existencia de elecciones, por ejemplo, y valora menos la situación interna del país en cuanto a cómo lo ven sus propias gentes. Pero no es tan así… Este año, por ejemplo Grecia ha descendido. Hasta el momento había contado con un 1 en la lista, la más alta puntuación, pero ahora cuenta con un 2, debido a la colocación de un primer ministro no electo y la creciente intervención política y económica procedente del exterior. China, a pesar de su creciente abertura al mundo, recibe mala nota por su censura continuada. Birmania, por su parte, mejora nota, debida a una mejor cobertura de los medios y una mejora en las restricciones en educación.
Y aquí os dejo el gráfico de los países considerados libres y no libres, además del enlace al artículo de Freedom in the world de este año.
Puede que haya a quien le sorprenda la nota de algún país o el artículo en general, si es así, no dudéis en comentar y debatiremos sobre el asunto.  A mí por lo menos, me llama mucho la atención el hecho de que, con todo, sólo el 45% son considerados completamente libres y que, aún en el día de hoy, haya un 24% de países no libres que, ya no es que tenga una nota alta, sino que tienen una nota altísima. La mayor parte rondan el 7, y los países considerados parcialmente libres también tienen el mismo problema.

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